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antepasados no han tenido noticia en qne tiempo, ni por quien,
ni por cuyo mandado se fundö. Es la piedra parda, lisa y de buen
labrar. Hay fama que debajo del edificio hay gran tesoro, y por ser
obra de mucha dificultad el labrarla y desenterrar aquella gran-
deza de piedras, se estä asi, por ser gasto que solo Su Mages-
tad lo puede hacer. Y solamente a ver la grandeza del edi-
ficio vienen muchas personas a verlas de muchas tierras".

Also, wie aus den letzten Worten hervorgeht, zogen die
Ruinen schon im 16. Jahrhundert, Reisende, welche sie sehen
wollten, durch ihre Grossartigkeit aus verschiedenen Ländern
herbei. Aber auch vor den Spaniern, in incaischer Zeit, war
die Stätte Gegenstand der Bewunderung. Erzählt doch Baiboa,
dass schon der Inca Huayna Capac die Ruinen mit Erstaunen
betrachtete.

Die letzte der ausführlicheren älteren Beschreibungen
stammt aus dem Anfang des 17. Jahrhunderts. Sie rührt von
Garcilaso her. Ohne Zweifel hatte Garcilaso von verschiedenen
Seiten Nachrichten über die Ruinen von Tiahuanaco für sein
Werk, die Commentarios Reales, eingezogen. Er gab jedoch
zuletzt der Beschreibung, welche sich in Cieza's Chronica fin-
det, vor allen anderen den Vorzug. Aus diesem Grunde ist der
grössere Theil von seiner Schilderung der Ruinen ein etwas
ausführliches Excerpt aus den Schilderungen Cieza's. Er führt
auch seine Quelle an. In geschickter Weise ist von ihm die
Notiz über die Abgelegenheit der Steinbrüche, welche sich bei
Cieza im zweiten allgemeinen Theile seiner Beschreibung
findet, in die sachliche Beschreibung an die Stelle hin über-
genommen, wo von der Grösse der Steine die Rede ist. Bei
Cieza findet sich ferner die Notiz, dass die Bauwerke nicht
fertig geworden seien, inmitten der den Ruinen von Puma-
pungu gewidmeten Schilderung. Garcilaso bezog die Notiz
richtig auf alle auf der Ruinenstätte vorhandenen Anlagen,
vielleicht auf Grund der ihm von anderer Seite zugeflossenen
Nachrichten. Einen Fehler beging Garcilaso, indem er die
Notiz bei Cieza, dass einige von den Steinen verwittert seien,
auf die gigantischen Steinbildsäulen bezog, von welchen bei
Cieza dieser ungünstige Erhaltungszustand nicht angege-
ben ist.

Der zweite Theil der Schilderung ist eine Wiedergabe
einer die Ruinen betreffenden Zuschrift, welche Garcilaso von
einem Altersgenossen und Jugendfreund erhalten hatte. Diego
de Alcobaca, der Verfasser derselben, scheint Jesuit gewesen
und als solcher einen Theil seines Lebens in der Gegend der
Aimarä in Juli, wo die Hauptmission der Jesuiten sich befand,
verbracht zu haben. Er sandte im Jahre 1608 ein drei-
sprachiges ,Confesionario' in Spanisch, Ketschua und Aimarä,
welches in Lima gedruckt war, seinem Freunde Garcilaso nach
Spanien.1) Von Juli aus kann Alcobaca seine Nachrichten über
Tiahuanaco eingezogen haben, welche er dem Freunde über-
mittelte.

Die Schilderung bei Garcilaso lautet in ihrer Voll-
ständigkeit2):

„Liegado alDesagnadero, (Mayta Capac) mandö hacer gran-
des Balsas, en que pasö el Egercito, y ä los primeros Pueblos
que hallo, embiö los Requerimientos acostumbrados, que no
ay para que repetirlos tantas veces. Los Indios obedescieron
facilmente, por las maravillas que avian oido decir de los
Incas, y entre otros Pueblos que se redugeron, fue vno Tia-
huanaco, de cuyos grandes, e increibles Edificios, serä bien

1) Garcilaso, Hist. Gen. Buch I Cap. 23.

2) Coiirni. Real. Buch III Cap. 1.

que digamos algo. Es assi, que entre otras Obras que ay en
aquel sitio, que son para admirar, Vna dellas es vn Cerro, ö
Collado, hecho ä mano, tan alto (para ser hecho de Hombres)
que causa admiracion, y porque el Cerro, ö la tierra amon-
tonada, no se les deslicase, y se allanase el Cerro, lo fundaron
sobre grandes cimientos de piedra, y no se sabe para que
fue hecho aquel Edificio.3) En otra parte, apartado de aquel
Cerro, estavan dos Figuras de Gigan'tes entallados en piedra,
con vestiduras largas hasta el suelo, y con sus tocados en
las Cabecas, todo ello bien gastado del tiempo, que muestra
su mucha Antiguedad. Veese tambien vna Muralla grandisima
de piedras tan grandes, que la mayor admiracion que causa
es, imaginär, que fuercas Humanas pudieron llevarlas donde
estän; siendo, como es verdad, que en muy gran distancia
de tierra, no ay Penas, ni Canteras de donde se huviesen
sacado aquellas piedras. Veense tambien en otra parte otros
Edificios bravos; y lo que mas admira son vnas grandes
Portadas de piedras hechas en diferentes lugares, y muchas
dellas son entericas, labradas de sola vna Piedra por todas
quatro partes, y aumenta la maravilla destas Portadas, que
muchas dellas estän asentadas sobre piedras, que medidas algunas,
se hallaron tener treinta pies de largo, y quince de ancho, y
seisdefrente; y estas Piedras tan grandes, y las Portadas son de
vna pieca;4) las quales obras no se alcanca ni se entiende, con
que Instrumente, ö herramientas se pudieron labrar; y pa sando
adelante con la consideracion desta grandeca, es de advertir,
quanto mayores serian aquellas piedras antes que se labräran.

„Los Naturales dicen, que todos estos Edificios, y
otros, que no se escriven, son Obras antes de los Incas,
y que los Incas, ä semejanca destas, hicieron la Fortaleca
del Cozco, que adelante diremos; y que no saben quien
las hico, mas de que oyeron decir a sus Pasados, que en
sola vna noche remanecieron hechas todas aquellas mara-
villas. Las quales Obras parece que no se acabaron, sino
que fueron principios de lo que pensavan hacer los Funda-
dores. Todo lo dicho es de Pedro de Cieca de Leon, en la
Deniarcacion que escriviö del Peru, y sus Provincias, Capitulo
ciento y cinco, donde largamente escrive estos, y otros Edi-
ficios, que en suma hemos dicho: con los quales me pareciö
juntar otros, que me escrive vn Sacerdote, condiscipulo mio,
llamado Diego de Alcobaca (que puedo llamarle hermano,
porque ambos nascimos en vna Casa, y su padre me criö como
Ayo) el qual, entre otras Relaciones, que de mi Tierra, el, y
otros me hau embiado, hablando destos grandes Edificios de
Tiahuanacu, dice estas palabras: En Tiahuanacu, Provincia del
Collao, entre otras, ay vna Antigualla, digna de Inmortal
Memoria, estä apegada ä la Laguna, llamada por los Espanoles,
Chucuytu, cuyo nombre proprio es Chuquivitu, alli estän vnos
Edificios grandisimos, entre los quales estä vn Patio quadrado
de quince bracas, ä vna parte, y ä otra, con su cerca de mas
de dos Estados de alto. A vn lado de el Patio estä vna.
Sala de quarenta y cinco pies de largo, y veinte y dos de
ancho, cubierta ä semejanca de las piecas cubiertas de paja,
que V. m. viö en la Casa del Sol en esta Ciudad del Cozco; el
Patio, que tengo dicho, con sus Paredes, y Suelo, y la Sala,
y su Techumbre, y Cubierta, y las Portadas, y Vmbrales de
dos Puertas, que la Sala tiene, y otra Puerta que tiene el
Patio, todo esto es de vna sola pieca, hecha, y labrada en
vn Penasco, y las paredes del Patio, y las de la Sala son de

3) Der Berg bei Ak-kapana.

4) Die Trümmerstätte bei Pumapungu.

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